sábado, 8 de enero de 2011

Sí que se puede

Camino a la victoria hay miles de momentos de dudas, millones de escenarios complicados donde las situaciones son complejas o imposibles. Camino a la inmortalidad te tropiezas con miles de motivos por los que darte la vuelta y abandonar, te cruzas con infinidad de gente que te intenta desviar del camino al objetivo fijado, que intenta disuadirte por medio de patrañas y calumnias. El camino al éxito es pedregoso, austero, complejo, en él no es como en los versos de Machado, no “se hace camino al andar”, pues si fuese así todos copiarían los pasos de quien sí llego a la fama.
El trecho, a veces efímero a veces infinito, que separa la mediocridad del ser especial es inescrutable, nunca sabes en qué momento tu empeño se verá recompensado, es más, ni si quiera sabes si se verá recompensado. Cada paso que das no sabes si servirá para llegar a tu fin y habrá de ser desandado pues erraste en las elecciones. Y es que resulta que el sendero a la fama vitalicia está marcado por millones de cruces de camino, y el errar en una de las disyuntivas puede dar lugar al declive. Porque llegar a alcanzar el éxito en tu aventura lo marcan los pequeños detalles, solo quien sabe reparar en ellos, hallará la fórmula para poder alcanzarlo. La interpretación de las diminutas señales que de vez en cuando te presta el camino son de una importancia capital si deseas arribar tu objetivo.
Es por todo esto, por las incontables complicaciones que tienes, por lo que si consigues llegar, si alcanzas tu meta, si materializas tu sueño nada de lo que hayas sufrido en el trayecto importa, porque todo ha merecido la pena y nadie podrá arrebatarte jamás tu hazaña, nadie podrá negarte el éxito de haber conseguido llegar a la gloria por tu propio pie, solo con la ayuda de tus allegados, y en ocasiones ni eso. Nadie podrá discutirte que lo hiciste mal en tal o cual momento, pues has llegado, y quizás aquel error puntual hizo que te hicieses más grande, que te conjurases para que no se volviera a repetir y desde ese momento, ese error puntual se convirtió en un gran acierto.
Es fácil desesperar, desfallecer, desalentarte, es sencillo desistir, deprimirse, decaer… porque a menudo el final está lejano incluso aparentemente inalcanzable. Es fácil tirar la toalla, retroceder, rendirse. Pero eso es lo que hacen los que no creen en ellos, eso es lo que hace que este camino sea tan duro, el debatirse constantemente entre el puedo, no puedo, el quiero, no quiero…
Solo puedo decir que el éxito es alcanzable, quizás no el éxito de reconocimiento internacional, quizás no la fama global, pero es que estas palabras no van dirigidas a aquellos que luchen por conquistar el mundo, estas palabras van encaminadas a quienes necesiten en algún momento aliento para alcanzar sus pequeños sueños, sus grandes sueños, que a menudo se antojan insignificantes para el reto, estas palabras van dirigidas a quien quiere salir con él, a quien desea encontrar trabajo, o piso, o acabar la carrera, a quien quiere educar bien a sus hijos, a quienes desean una vida en común, estas palabras van para ti que lo lees y tienes un proyecto, para ti que lo lees y necesitas alentar a alguien, arengar a un amigo, una novia, un familiar. Estas palabras van para ti, para que no te rindas porque la recompensa será inconmensurable e indescriptible. Pero sobre todo, estas palabras van para mi, para que no se me olvide que puedo, que podemos, que si se lucho, alcanzaré lo que sueño.

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