sábado, 10 de septiembre de 2011

Nana


Un día, quién sabe cuando, tendré un pequeño niño, espero que con ojos azules, entre mis brazos.Será tan pequeño y tan fragil que lo agararé con todo el mimo y el cuidado del mundo, apretandolo contra mi pecho, porque ese bebé es parte de mi, es parte de nosotros. Entonces, le miraré con cariño, inundándole de mi cariño con cada movimiento de mis brazos para que duerma, y disfrutaré de su olor a inocencia, a vida. Seguramente le acaririaré mientras le acuno, quizás le susurre historias de su padre y de su madre, le cuente historias de Nunca Jamás, y es probable que le cante esta canción.
Algún día me tumbaré en la cama y le tumbaré a mi lado, y allí pasaré ratos enteros mirándole, jugando con su manita, y sonreiré al verle, y me alegrará ver su sonrisa, pero sobre todo me gustará alargar la mano por encima suyo y acariciarte a ti, que estaras al otro lado, mirando cómo los dos niños de tu vida sonrien de pura felicidad al estar a tu lado.

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