sábado, 8 de enero de 2011

Cartas

Cartas. ¿Que son las cartas? La R.A.E. lo define como Papeles escritos, y ordinariamente cerrados, que una persona envía a otra para comunicarse con ella. Pero todos sabemos que una carta es algo más que un papel que una persona envía a otra para simplemente comunicarse. Una carta implica algo más personal, implica enfrentarse a un papel en blanco y rellenarlo con la, ya casi arcaica, técnica de escribir a bolígrafo. Una carta conlleva expresar tus sentimientos y describir situaciones de tal manera que el otro los pueda entender sin verlos o sentirlos, una carta no solo es un acto de comunicación, es también un poco de tradición perdida, un poco de ritual (elegir el sobre, ponerle el sello, chupar el dorso, poner la maldita dirección que siempre se olvida, meterla en el buzón…)

No hace mucho que reabrí los cientos de cartas guardadas bajo llave que se morían de asco en un armario de mi habitación. Nada más abrir la carpeta que ejerce de continente me transporté a otro sitio (más bien a otros sitios) a otra época, recordé mil olores, y me vinieron a la mente multitud de imágenes que de otra manera estarían perdidas…Volví a mis felices 15, 16,17… a ver las caras de las remitentes y recordar sus problemas, que eran nuestros problemas, a recordar sus alegrías, sus preocupaciones…me transporté al colegio leyendo esa caligrafía redonda recién sacada de los cuadernos rubio y aun no versada el arte de coger apuntes, e irremediablemente e inmediatamente recordé qué sentido tiene conservar tanto folio de colorines. Y es que si se sabe leer, entre mucha paja y mucha niñería infantiloide, puedes encontrar verdaderas joyas y entender muchas cosas que hasta ahora no comprendías, porque ahora tienes otra visión, otras perspectiva, ahora es cuando ves lo que antes no entendías debido a lo cerca que estabas, a lo implicado que te hallabas…

Pero como decía, te encuentras cosas interesantes, bonitas, declaraciones de amistad que aun duran, declaraciones de amor que dejaron huella y que en algunos casos sembraron una amistada. Te encuentras con "pitufo" y "Epy", redescubres cosas, puñales ocultos y piropos varios, relees anécdotas, situaciones que no recordabas, te topas con miles de sentimientos muy desordenados y confusos que rebosan por los cuatro costados del folio…

Es una bobada, pero es tu pasado, es lo que has sido, es con lo que has crecido y con lo que has madurado, con esas letras, con esas poesías, con esos dibujos… has crecido con esas anécdotas, con esas circunstancias, has llorado y has reído con esas palabras, te has emocionado, te han dado ganas de besar, de abrazar, de gritar, de soñar…y aunque es incomprensible, aun hay algunas que hacen que se te pongan los pelos de punta, entre tanto sentimiento "tontolescente" hay muchas que dicen cosas muy serias, hay algunas que sería estupendo que las hubieses recibido ayer en vez de hace varios años. Pero te haces mayor y la época epistolar pasó, ahora todo es más frío e impersonal, puedes decir lo mismo o incluso expresar más pero no es tu letra, no se nota si te tembló el pulso o si lloraste al escribirlo, no tiene olor ni color, ni calor…

¿Por qué no las tiras? ¿Por qué las sigues desenterrando de vez en cuando? La verdad es que no lo sé, lo único que sé es que cada vez que me siento mal, cada vez que la vida me ha hecho aprender algo por la fuerza, cada vez que volví a tropezar… reaparecen ellas y sus historias, y al leerlas me siento cobijado, me siento seguro y resguardado del mundo exterior porque lo que se dice es solo para mi, es algo muy personal entre el remitente y yo, es mi pasado, mi punto de partida, mis inicios…y a ese lugar solo yo puedo llegar y es el enclavé desde donde he de volver a partir, donde debo reconstruir de nuevo. Y es quizás por ello que soy tan celoso a la hora de deshacerme de ellas o mostrarlas, es una parte importante de mi que no intento que se comprenda ni que se apruebe (como todas las cosas importantes en las que creo) no intento que se imite, ni rechazo al que no actúa como yo, simplemente para mi es algo especial.

Me da pena que ciertas cosas se pierdan o se olviden, quizás por eso escogí mi carrera, en especial las buenas costumbre, los modales, y las cosas que nos hacen humanos, diferenciándonos de maquinas programadas, me da pena que se pierdan sentimientos, que se mueran los recuerdos, que las nuevas generaciones se pierdan un sin fin de cosas fascinantes simplemente porque no son el último grito…me da pena, mucha pena.

Rmte: Pedro Quirico

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