sábado, 8 de enero de 2011

Futuro...¿quién dijo miedo?

Futuro. El mero hecho de pensar en esa palabra nos hace comportarnos de otra manera, nos ilusiona, y nos agobia, nos da esperanzas y nos hace desfallecer al ver que existen muchas posibilidades de que el día que llegue ese codiciado "futuro" es probable que no sea como lo habíamos deseado. Y es que con más frecuencia de lo que nos pensamos, nos dedicamos a planificar hechos venideros, nos esforzamos en que no quede ni una sola incógnita por resolver sobre lo que nos ha de acontecer dentro de muchos años, cuando ni siquiera sabemos a ciencia cierta que nos ocurrirá mañana. No soy de los que opina que hay que olvidarse de que existe un futuro, ni de los que sostiene que es mejor no soñar, o no fantasear con como será nuestra vida dentro de pocos años, o de muchos años… Todo lo contrario, me encanta abstraerme del mundo, imaginando que cosas me ocurrirán en el futuro, como será mi vida, junto a los que me rodean… sin embargo, siempre intento no perder de vista que todo los que yo sueño puede que no se cumpla, procuro estar abierto a lo que me pueda pasar, intentando amoldarme a las cosas que van viniendo lo mejor que puedo, por que no siempre lo que soñamos es lo mejor que nos puede pasar.¿Cuantas veces soñé que a mis veintiún años estudiaría en el conservatorio superior mi carrera de violín?. Y mira por donde, si que estudio en el conservatorio, pero otra carrera que a día de hoy me llena de satisfacción y me reporta mucho más de lo que lo haría el instrumento. Pero mira por donde soy más feliz de lo que nunca me pude imaginar, porque me siento querido, me siento útil. Siento que las cosas que hago y digo me servirán en el futuro, siento que estoy creando el epilogo de lo que dentro de muy poco será mi mundo, el que deseé a grandes rasgos, pero quizás moldeado de otra manera, con otros detalles pero igual de perfecto.
Por eso, y en mi humilde opinión, no nos debe atormentar el futuro. No siempre es bueno que la totalidad de nuestros actos giren entorna a él. Porque, es mejor valorar lo que ya se tiene, disfrutar lo que ya se ha conseguido, siempre mirando hacia delante, aceptando nuevos retos, embarcándonos en nuevos proyectos, pero saboreando el presente, que es lo que estamos viviendo.
Hay veces que ponemos tanto ahínco en alcanzar esas metas que nos hemos marcado, que cuando llegamos nos damos cuenta que hemos perdido unos años preciosos que ya nunca volverán, e incluso, en ocasiones, nos damos cuenta que el precio que hemos pagado ha sido demasiado alto, porque no siempre un sueño llega a ser real, mientras que el presente, bueno o malo, siempre lo será.
Es solo una opinión, una forma de ver la vida, que no pretende convencer a nadie, pero que es tan valida como la de cualquier otro. Sin embargo, como todas las opiniones y todas las reflexiones hacen pensar, a quien las escribe y a quien las lee, y ese y solo ese es el verdadero motivo de estas líneas.

"Quien desea un buen porvenir ha de haberse labrado un solidó pasado, ha de seguir aprendiendo en el presente y ha de dejar que el futuro sea el resultado de sus actos."

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