sábado, 8 de enero de 2011

Pensamientos, reflexiones...el caso es que necesitaba escribir

Ahora, que la vida parece que pese a todo nos sonríe, es cuando tenemos que mirar hacia atrás, viendo todo lo que hemos pasado hasta llegar hasta aquí, y adelante para ver todo lo que aun nos queda por recorrer. A veces, recordando cosas del pasado, me doy cuenta de todo lo que he cambiado, de cómo conforme transcurren los años mis preferencias y mis gustos han ido mutando paulatinamente. Como aquel niño egocéntrico ha ido dejando paso a otra persona, que en el fondo sigue siendo un niño, pero que ya no piensa tanto en ser el centro de todos los que le rodean. Ahora anhela estar cuanto menos rodeado mejor, y aunque en muchas ocasiones peque de individualista, ya no necesita la aprobación de todos los que en algún momento se hicieron pasar por sus amigos. Es verdad que en ocasiones parece estar solo, parece que si faltan algunos de los pocos que siguen junto a él la vida se oscurece, da la impresión de que en ocasiones se empobrece estando solo al lado de tres o cuatro personas únicamente, pero la vida le ha enseñado que no merece la pena desaprovechar los momentos que esta le brinda con gente que no le valora, con personas a las que no les importa, rodeados de hipocresía y fachada.
Siempre que mira hacia atrás una extraña sensación se apodera de su estomago ¡cuantas personas han formado parte de su vida y actualmente solo son recuerdos, o ni eso! Cuantas veces a oído eso de - siempre estaré contigo - y que pocas veces se a cumplido. ¿Qué será de aquellas personas? ¿A que habrán dedicado su vida? ¿Hacia donde habrán orientado su camino? Quizás porque él siempre tuvo claras sus ideas, y nunca se dejó arrastrar por las iniciativas en las que otros se embarcaron y que a él no le parecieran aceptables, y por ende nunca le intereso donde desembocaban los caminos que todas los "borreguillos" tomaban, se desintereso del futuro de toda aquellas personas. Porque lo malo de tener las ideas claras y no dejarse influenciar fácilmente es que en ocasiones te separas irremediablemente de la multitud, y en ocasiones cometes el error de pensar que " todos se han perdido menos tú". Es cierto, que si no dudas y estás convencido de que tu camino será el óptimo para tus necesidades es muy probable que no hierres pero a veces cuando miras para atrás te entra la duda. ¿Y si hubiera seguido pensando de aquel modo? ¿Y si no se hubiera roto esa amistad?? ¿Y si no me hubiera comportado de aquella manera?¿ y si hubiera hecho caso a aquel consejo?...
Es sorprendente cuanto cambia la vida, y como nuestras decisiones, buenas o malas, nos van pasando factura todos y cada uno de los días que vives. ¿Merece la pena arriesgarse?
Como dije al principio, ahora es el momento de mirar atrás, de repasar hasta que punto nos equivocamos, o no, en nuestras decisiones, hasta que punto lo que pensamos se ha cumplido, si ha merecido la pena.
Mi conclusión a estas cuestiones siempre la tuve clara, porque siempre he considerado que todo lo que hice, lo bueno, lo malo, lo regular, todo, me ha servido para algo, para ver lo que sí y lo que no quiero hacer, para decantarme por un tipo de pensamiento u otro, para inclinarme por una forma de actuar y comportarme para elegir una forma de vida u otra. Siempre he tenido clara que lo que vives en el presente es el resultado de todas aquellas decisiones del pasado, y he de reconocer que siempre he estado conforme con lo que me toco vivir, porque siempre supe que si era bueno, se debía a que me lo había ganado, y si era malo, obviamente, se debía al mismo motivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario